Confesión

Debo decir que soy una persona obstinada y llevada a mis ideas, muy crítica de mi entorno y exigente en el trabajo. Debo decir que hablo en demasía y que comento cosas a las espaldas. Tengo un genio que se descontrola y escupe frases sin sentido e hirientes en la mayoría de mis enfrenamientos. Debo confesar que compro con compulsividad cosas que no necesito, en especial ropa que nunca llega a estreno, mal ejemplo de codicia y derroche. Debo aceptar mi adicción descontrolada con el chocolate y mi avaricia al convidarlo. Pero nada de estas confesiones contienen la gravedad de la que explicare a continuación.


Si señoras y señores debo confesar que he hablado mal de mucha gente, lo admito de corazón que en este momento esta guardado en mi bolsillo, por que esta en reparaciones. Tranquilos, no me estoy muriendo... pero se siente como si estuviera en ese final proceso.
De muchas personas he pensado lo peor y me referido burda y groseramente de seres buenos que no merece de este trato desconsiderado y con la falta de respeto que caracteriza mis dichos y espantosos comentarios. Hago esta reflexión extraña, ya que cuando pasan cosas malas, por lo menos a mi, mi cabeza se repleta de preguntas. Busco culpables y recorro hechos dignos de castigo que den tranquilidad a mi mente. Lo más cercano y razonable puede ser mi miserable KARMA , que hace más de unas semanas no me ha dejado en paz, y quizás esta difamación horrible a terceros, me este dando uno de los peores castigos.

Siendo extremadamente sincera, debo acotar que voy a seguir hablando mal de ciertas personas que en este momento son absolutamente repulsivas para mi y no son por ningún motivo parte de estas disculpas publicas. Personas que traicionaron mi confianza y quebraron mi bondad.
Quizás son tan patéticas a mis ojos... que voy omitir todo cometario… ya que no me merecen ni tan ruin consideración.

Otra confesión sincera que declararé... es que no voy a decir nombres, por si están esperando tan suculenta lista. Quizás optan por vengarse de mi (quizás ya suponen a quienes me refiero) No... no lo haré. Talvez en un futuro se enteren y planeen un merecido castigo, pero ahora, pido piedad de los momentos y quiero estar en paz por algunas horas. Es mi responsabilidad en esta confesión pedirles perdón a algunas personas y lo haré en su debido momento. Es parte de mi recontracción, que va con cimientos firmes buscando asentarse como gran estructura que siento que alguna vez fue.

Mi círculo de apoyo han sido los mejores arquitectos, valorando los terrenos en obra. Hay obreros que han abandonado el trabajo o han sido expulsados con el dolor de mi alma... pero por falta de lealtad con el proyecto han tenido que ser despedidos. Necesito de la mejor mano de obra y creo que ya trabajan conmigo.

Y para los que formaron parte de mi demolición anterior... aquellos que dinamita coordinaron mi destrucción…ya dije, no hay palabras, no son dignos de tan ruin consideración.